Villamocos, madrugada del 7 de octubre. Vuelvo a percibir manita sudorosa, vocecita lastimera, y agoreros sonidos guturales que desembocaron en otra noche de jarana vomitadora… y es que Trotandovoy también ha caído presa de lo que, ahora ya no cabe duda, es un virus. Si unos vómitos con décimas se contagian de un hermano a otro, eso es un virus hasta que se demuestre lo contrario. O viriasis, que es la palabra molona y técnica. Lo que no saldrá de mi boca, por cierto, es «enfermedad viral» en lugar de «enfermedad vírica». Tonterías mías, que se me erizan los vellos ante anglicismos gratuitos. La palabra castellana original es «vírico». «Viral» viene del inglés. Como randomizar (pero eso es otra historia, que me voy por las branches).
Pero hay un matiz en esta (totalmente vulgar) historia de virus vomitosos. Y el matiz es que hay que saber desde el mismo momento en que una se hace el Predictor que nuestros hijos van a pasar muchos cuadros víricos. Y la mayoría serán banales, de poca importancia, y no pueden evitarse. Es más, diría yo que son obligatorios a lo largo de la infancia. Y es cierto que a veces son peligrosos (deshidratación por una diarrea, dificultad respiratoria por inflamación de los bronquios o de la laringe…), pero, en sí, no es una desgracia que nuestros hijos pasen sus virus: es inevitable. Es como si cada uno de nosotros tuviéramos un pasaporte vacío al nacer, y que se va llenando con los sellos de cada virus que vamos pasando, y son muchísimos (cientos). Algunos de ellos proporcionan inmunidad definitiva (o casi: en todo hay matices, leñe con lo complicada que es la Medicina a veces) y otros no (podemos cogerlos más veces, como la gripe). Y si tenemos en cuenta que los procesos víricos son, habitualmente, más leves en los niños que en los adultos, me atrevo a decir que en algunos casos es hasta deseable el pasar ciertos virus en la infancia. ¡Haaaaaaaaaala, lo que ha dicho! ¡no sólo dice que no le importa mucho si sus hijas comen todo lo del plato o no, sino que además les desea que cojan virus! Pues sí, ea. Hablo, por supuesto, de niños sanos. Y hablo de virus como el Ebstein-Barr, causante de la mononucleosis o «enfermedad del beso», o el Citomegalovirus… o antes de que hubiera vacuna, el de la varicela.
Pero es cierto que hay virus retorcidos y puñeteros, algunos casi erradicados (Polio), otros erradicados totalmente (Viruela), otros que no hemos controlado (VIH) y otros que dan sustos periódicos (gripe). Y más, pero no voy a seguir, que se queda el post cenizo... Y luego está lo que ha pasado hoy. Lo del Ébola detectado en una española. Asusta. Veremos qué sucede.
PD: Trotandovoy ha tenido fiebrón por la tarde, e inapetencia; pero ya no vomita. Miss Berrinche, al tercer día, está ya como un clavel reventón. Y ambas están mosqueadillas porque, «jo, mami, siempre te parece que estamos poco malas ¡y estamos malísimas!».
A mi me decían «no nos haces ni caso»
A ver si pillaron el ébola!!! Ahora que está tan de moda…
Yo también creo que es bueno que pillen algo leve.
Calla! al ebola ni mentarlo! Que bastante psicosis tenemos ya en el hospital…