Cuando los mocos no son tan buenos: bronquiolitis.

Con lo chunguillas que se están poniendo las guardias en las últimas semanas, claro: me salen los posts serios… 🙂

Pues, ea: aunque en el post anterior ensalcé los mocos todo lo más vehementemente que pude, mencioné que «no bajaban al pecho», sino que a veces se producían en el pecho mismo. También decía que los mocos se pueden comportar como malos amigos (o buenos enemigos), porque pueden traer muchos problemas al infante productor. Bien, pues la bronquiolitis –golden hit pediátrico en toda regla- es el mejor ejemplo.

En mi guardia de ayer, típica de Urgencias de Pediatría en invierno, ya pude comprobar que está inaugurada oficialmente la temporada de bronquiolitis por Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Ay. Y no es el Ébola, ni la Gripe A, pero doy fe: año tras año hace auténticos estragos en la población pediátrica.

La bronquiolitis, muy frecuentemente producida por el VRS, es una infección que en los niños pequeños produce inflamación de la parte final de las vías respiratorias: los bronquiolos pulmonares. Éstos tienen muy poquito calibre (son muy estrechitos) y ahí está el problema. Al haber un «insulto» (el virus que ataca), el bronquiolo reacciona inflamándose y produciendo moco. Y el moco y la inflamación obstruye los bronquiolos. Y si los obstruye, puede haber problemas para que entre (y salga) el aire. Simplificando mucho, ésta es la pintura de una bronquiolitis. En los adultos y en los niños mayores este virus se pasa habitualmente como un catarro más. En los bebés, en cambio, puede dar lugar a cuadros respiratorios graves… aunque la mayoría superarán airosamente su bronquiolitis en su casa sin necesitar tratamiento hospitalario. No sé para qué me enrollo tanto, 😉 si se explica genial aquí, o aquí, o aquí

Síntoma clave: dificultad respiratoria, claro está. Porque la vía aérea está obstruida parcialmente. ¿Cómo se defienden los bebés de esto? Pues empleando mucho esfuerzo en respirar y toser, y poco en comer. Y a partir de ahí, pues hay que decir que la gravedad del cuadro es absolutamente variable de unos niños a otros. Los hay que respirarán con un poquito más de esfuerzo, toserán de forma efectiva y mamarán (o tomarán su biberón) en un 80% de la cantidad habitual -suficiente- y saldrán tan campantes; y desafortunadamente, los hay que necesitarán hospitalización o incluso cuidados intensivos (la minoría, eso sí). Y en general preocupará más un recién nacido que un lactante que ya está hermoso. Cuando ingresan, no es para poner un tratamiento que cure la enfermedad, porque éste no existe. Es para dar un soporte respiratorio (desde oxígeno en gafitas nasales, hasta ventilación mecánica en el caso más grave) y a veces en forma de goteo si hay rechazo del alimento, lo cual es bastante frecuente (si soy un bebé y tengo que elegir entre respirar y comer, elijo respirar).

Es bastante frustrante atender a bebés con bronquiolitis sabiendo que no se puede hacer nada para frenar (y no te digo curar) la enfermedad. Ésta sigue su curso, como hacen en general todas las enfermedades víricas: tienen un principio y un fin, se haga lo que se haga. En el caso de la bronquiolitis, el peor día suele ser el tercero, o el cuarto. Los que me conocéis sabéis que me esfuerzo en que comprendáis las enfermedades de vuestros hijos, porque a veces es la única manera de entender las indicaciones del pediatra. La bronquiolitis es un buen ejemplo. No se puede frenar ni curar, sólo aliviar. Y VIGILAR. Porque un niño que está bien hoy puede estar peor mañana, y puede por tanto no necesitar ingreso hoy, y sí mañana.

Y ya para quien esté más metido en harina (pediátrica), y piense como tantos que es un tema un tanto lioso en cuanto a nomenclatura y otras cosas, este post me ha parecido genial. 🙂

9 comentarios en “Cuando los mocos no son tan buenos: bronquiolitis.

    • unfonendoenvillamocos dijo:

      Qué desastre, leo ahora este comentario (un año después)! Se ve que en los comienzos del blog no sabía yo manejarlo bien 😉 pues no paso consulta por mi cuenta; trabajo en un hospital público del norte de Madrid: La Paz. Pero me dedico en mi día a día a la Reumatología Pediátrica, aunque también hago guardias de urgencias. Un saludo Marta!

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