Pediatría navideña.

Trabajar con niños es lo que tiene: todos los días tienes la sonrisa (y la carcajada) asegurada. Lo contaba yo aquí.

La valoración de un paciente comprende básicamente la anamnesis y la exploración física. Esto es así desde la época de las cavernas. Conocemos como anamnesis la información que el médico obtiene del paciente para recabar datos relevantes en el cuadro clínico, y así orientar el diagnóstico. Después, en la exploración física, buscaremos pistas que nos ayuden a diagnosticar.

La anamnesis, técnicamente, consta de: antecedentes personales (qué enfermedades ha tenido el paciente; qué cirugías; qué alergias; qué vacunas;…), antecedentes familiares (qué enfermedades hay en la familia, por si son hereditarias y pudieran tener que ver), y enfermedad actual (qué le pasa, desde cuándo, con qué lo relaciona, a qué hora, mejora con algo, etc).

Pero en mi opinión (y en mi práctica diaria) la anamnesis pediátrica debería incluir siempre un cuarto apartado: el evento emocionante. 🙂 Los niños SIEMPRE tienen un evento emocionante a la vista, y les gusta hablar de ello. Y estos días está relacionado obviamente con la Navidad. Concretamente, a lo largo de la semana pasada fue la función del cole y la llegada de Papá Noel. Porque, para disgusto de unos e indiferencia de otros, a Papá Noel ya le tenemos absolutamente incluido en el imaginario infantil al mismo nivel que los Reyes Magos. La semana pasada les pregunté a todos y cada uno de los niños que vi acerca de la función de Navidad del cole. 99 de cada 100 hacían efectivamente algún tipo de representación. De éstos, la mayoría hacían de pastor, Rey Mago o San José… aunque se ve que hay coles originales, porque también ha habido niños que me han contado que han ido de pastelero, motorista o árbol de Navidad (con bolitas).

En la consulta, las cosas siempre son -más o menos- amables porque no hay normalmente componente de gravedad. En la planta, donde están los niños ingresados, la cosa cambia. Y es entonces cuando no puedo hacer otra cosa que alucinar. Alucino viendo cómo niños que están siendo tratados de enfermedades muy graves que implican depender de un goteo intravenoso por donde recibir medicamentos e incluso alimentación, se emocionan, aplauden y ríen como los que más al ver a los Reyes por los pasillos, los belenes que hay en cada planta o la fiesta de Navidad que se monta en el teatrito del hospital.  Los niños son acojonantes (con perdón).

Así que, después de este año un poco duro que hemos tenido en Villamocos, y siendo como van a ser unas Navidades un poco rarunas por las ausencias… pienso en las dos niñas maravillosas que tengo (maravillosas, son; pero también tozudas, gritonas, peleonas, cansinas y algo vagoncias, que un post sin ironía no es un post mío)… y me siento afortunada. Mucho.

Así que:

Villamocos navideño… que se cumplan vuestros sueños!

4 comentarios en “Pediatría navideña.

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