Un saliente de guardia cualquiera…

Son las 7:45. El despertador suena en el dormitorio de guardia. He dormido 4 horas, lo cual no está nada mal; aunque es cierto que no del tirón. Bajo a Urgencias, damos el pase de guardia, suelto el busca. Tras engullir unas tostadas y un café me voy a mi Servicio, donde tenemos una reunión con un delegado de un laboratorio farmacéutico. Un proyecto importante. Llego tarde: no me acordaba. Y pienso: ojú qué espesita estoy...

– Hola, Doctora Villamocos, ¿qué tal?

– Bien,… eh… mmm…

(no, no me sale su nombre, y se me ha notado).

Me visto con mi ropa de calle para irme del hospi. No iré directamente a casa: Miss Berrinche y Trotandovoy necesitan avituallamiento para la fiesta de Carnaval de su cole. Poca cosa: sólo he de conseguir dos pares de leotardos blancos y un par de camisetas térmicas. Sencillo.

Cuando estoy a punto de coger el autobús revolviendo el bolso para sacar el abonotransporte, descubro con horror que faltan cosas. Concretamente, los calcetines y la ropa interior que usé durante las 24 horas previas. Oh my dog. Regreso corriendo a la consulta: espero no habérmelos dejado encima de la mesa saludando a los pacientes… Respiro aliviada cuando compruebo que no; están tirados en una esquina del cuartito donde nos cambiamos. Me despido de mis compañeros por segunda vez y me voy. Qué cagadaaaaaa, pienso.

Llego al centro comercial cercano a mi hospi. Me quedo embobada mirando las tallas de los leotardos infantiles; no me cuadran, me falta una… parece, en todos colores, que se saltan la talla de Trotandovoy. Tras unos 3 ó 4 minutos de comprobación y ensimismamiento, me doy cuenta de que no, que tallan edades pares: 6-8-10… no hay 7, ni 9. Joooooodó, vaya si estoy espesa, pienso. Meto los leotardos al carro y avanzo. Cuando estoy doblando la esquina al pasillo de las camisetas térmicas, alguien me detiene agarrándome del codo. Veo a una ¿señora? ¿chica? de mi edad con cara de pocos amigos, que me espeta:

– Perdona, es que te llevas mi carro.

– Ay, sí. Lo siento.

[Me disculpo soltando, como si me quemara, el carro de la SeñoraManoloEscobar] 

Captura de pantalla 2015-02-13 a la(s) 01.35.03Sin comentarios. Claramente hoy no atino. Hasta me parece oír a mi amiga la Dra. Spock diciéndome  «¡aTina, Turner!».

Tengo todo ya. Voy a pagar. Pero mi afán consumista postguardia me hace, inexplicablemente, decidir comprar tofu. Después, en el metro, pensaba yo: ¿para qué coño he comprado tofu, si no lo he comido en mi vida? Y además, tres paquetes… Pero claro, en la nebulosa del saliente de guardia, me pareció una idea fantástica a la par que estupenda.

Llego a casa. Me pongo el pijama para estar cómoda y decido emplear una horilla en contestar mails atrasados, y me dispongo a cargar el iPad, que está seco de batería. Por Tutatis: me he dejado el cargador en el bolsillo de la bata, en el hospital. Y tampoco puedo cargar el iPhone. No entiendo cómo soy tan desastre… Hace tiempo que me digo que debería tener dos cargadores, pero voy tirando con uno. Sopeso las posibilidades. Sólo hay una viable: vestirme de nuevo e ir a comprar un cargador cutrecillo al Tiger. Cagonrós.

Por la tarde, las niñas tienen conservatorio. Mientras termina la clase de Trotandovoy, Miss Berrinche y yo hacemos tiempo en el súper, comprando lo que se me olvidó comprar por la mañana (mucho tofu pero me olvidé del pan). Llega la hora y su hermana no sale. Me dirijo a una madre cuya hija está en el mismo grupo que Trotandovoy.

Perdona, ¿sabes por qué están tardando tanto en salir hoy?

– No están tardando… hoy tienen dos clases seguidas. ¿no te acuerdas?

[Mieeeeeeeeerdaaaaaaa. No, evidentemente no me acordaba]

Por la noche, intento salvar mi dignidad cocinando el tofu, ya que lo he comprado en un arranque postguardil. Me equivoco y abro dos paquetes; sólo quería abrir uno. Lo cocino con receta inventada y no queda mal, en parte porque se me ha ido la mano con el comino, el ajo y la sal, y de insípido, ná de ná. Eso sí, después de que las niñas se han lavado los dientes, acostado y leído un cuento, compruebo que me he dejado la vitrocerámica encendida. Al 3.

Definitivamente mejor me voy a la cama y pongo fin a este día de no dar pie con bola (un saliente de guardia corriente y moliente) , a riesgo de causar algún mal mayor…

Conclusión pospós (que es la abreviatura de post-post, o sea, reflexión al terminar el post): …por si alguien tenía alguna duda de que los médicos no deberían seguir trabajando al terminar la guardia! 🙂

5 comentarios en “Un saliente de guardia cualquiera…

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