El giro en los acontecimientos que he percibido a lo largo de los últimos 10 días me empuja a escribir este post. ¡Comando actualidad villamoquense en acción!
Antecedentes:
Como sabréis la mayoría de lectores de este blog, desde hace varias semanas la vacuna frente al meningococo B ha empezado a ser comercializada en farmacias españolas. Os conté todo aquí (incluyendo enlaces a otras fuentes). Resumiendo: la meningitis producida por esta bacteria es infrecuente, pero muy grave. Por fin se ha desarrollado una vacuna (ya la había para otros microbios igual de agresivos; podríamos decir que faltaba ésta). Aún no está incluida en el calendario vacunal de ninguna comunidad autónoma, pero al menos se ha permitido su comercialización. Ergo quien quiera, puede comprarla para vacunar a sus niños tengan la edad que tengan.
Desarrollo de los hechos:
Ante tal evento, considerado como una muy buena noticia por parte de la comunidad sanitaria, los pediatras corrimos a anunciar la buena nueva: publicando posts los que escribimos un blog, emitiendo comunicados desde las sociedades científicas, o intentando que esta información llegara a las familias de la forma que cada uno consideró o que los centros sanitarios decidieron. Todo esto sucedió hace más o menos un mes. Bueno, pues he de decir que, en mi opinión, la noticia no caló lo suficiente. He estado preguntando cada día a las familias que acudían a mi consulta (hospitalaria, no de atención primaria) y en general desconocían la vacuna. Con una excepción: los padres de lactantes; ellos sí estaban al tanto. La razón es, creo yo, que los niños van cada vez menos al pediatra a medida que crecen, porque las revisiones «del niño sano» son más espaciadas y además se ponen malos menos frecuentemente… Y por tanto, la información dada en los centros de salud llega eficazmente a los papás de niños pequeños pero no tanto a las familias con niños ya mayores.
Nudo central de esta historia que os cuento:
Y entonces, a finales de octubre más o menos, cuando aún no hacía ni un mes que la vacuna estaba puesta a la venta… hete aquí que empieza a no haber disponibilidad de la misma en farmacias, por un desabastecimiento derivado de la alta demanda.
Desenlace:
¿Y qué ha pasado? Pues ha pasado que ahora sí que sí: la noticia de la existencia de esta anhelada vacuna ya ha calado en la población, pero ha hecho falta el no poder disponer de ella para echarla de menos. Y no sin altas dosis de alarmismo innecesario según saco en claro de las múltiples consultas whatsappeñas que me están llegando. En definitiva, que no parecía que la nueva vacuna hubiera despertado el interés de la población diana (niños de todas las edades y consecuentemente sus padres) hasta que la misma no está disponible porque se ha agotado. De nuevo… ley de oferta y demanda. Hasta en los periódicos se han hecho eco, como me ha mostrado mi hermana la Tita Geóloga, residente a la sazón en la provincia de Orense:
Conclusiones:- Tranquilos: no hay una epidemia de meningitis B, que es lo que muchos me habéis preguntado. Al menos, que yo sepa. Es una infección infrecuente. El que los pediatras hayamos recibido a Bexsero con alegría es porque, cuando toca, es una enfermedad muy, muy grave.
- Por tanto, no hay urgencia por vacunar a los niños. O no hay más de la que había en octubre de 2014, de 2013, de 2012…
- La vacuna volverá a las farmacias. No sé si como el turrón El Almendro, allá por Navidad; pero volverá. De hecho, espero y aspiro a que lo haga en forma de vacuna incluida en calendario vacunal. Por el momento, 105 euros del ala la dosis (número que depende de la edad de cada niño según os expliqué en el anterior post).
- De nuevo: sí, está recomendada en niños de todas las edades. Esto me lo habéis preguntado mucho, porque os sorprende que vuestro tiarrón de 11 años tenga una vacuna a estas alturas. Pues sí.
- Miss Trotona y Miss Berrinche serán vacunadas a la mayor brevedad posible, o sea, cuando vuelva a haber suministro de vacunas. Aunque pataleen.
Y cambio totalmente de tercio para ofrecer un segundo apunte de actualidad informativa.
Os acordaréis de que hablé con entusiasmo en este post acerca del repelente de piojos recién comercializado, el octanediol; que venía avalado científicamente, blablablabla. 🙂 Bueno: pues sabed que ya han pasado dos meses y Villamocos sigue total y absolutamente libre de piojos. Prometí informar y es lo que estoy haciendo. 🙂
Pues con esto acaba el noticiario Villamoquense, porque del parte meteorológico -que es lo que viene al final- sólo puedo decir: ¡veranillo en noviembre! ¡A disfrutar del fin de semana!
Con esto de las vacunas hay algo que no me gusta pero no sé qué es… Ahora hay, ahora no, ahora la quiero porque está prohibida, pánico de masas, a comprar en Andorra y Portugal… Huele mal no?
En mi opinión el manejo que hacen «los de arriba» de las vacunas en general me parece que es muy mejorable. Cambiar cada dos por tres el calendario vacunal, prohibir la venta de algunas vacunas como sucedió con la de la varicela (que paradójicamente ahora no puedes comprar en la farmacia pero en cambio será incluida gratuitamente en el calendario a partir del 1 de enero), y tantas otras cosas hacen que se consiga precisamente eso: que la población sea escéptica. Y como yo piensan muchos pediatras… En fin, la ciencia (y el tiempo) pone a cada uno en su sitio y las vacunas no serán una excepción. 😉 un beso