Si ayer hacía repaso del año en lo personal, hoy toca en lo blogueril.
2015 ha sido el año en que el blog decidió que había venido para quedarse.
Lo abrí en septiembre de 2014 sin saber por dónde iban a ir los tiros, y a lo largo de este pasado año entró a formar parte de mi vida definitivamente. Es curioso esto de las bitácoras; acaba una considerándolas un hijo más. 🙂 Dan alegrías y penas… o eso dicen, pero a mí Un Fonendo en Villamocos no me ha dado ni un disgusto. Probablemente haya sido porque en mis posts pongo mucho cuidado en no ofender a nadie con mis opiniones, y porque tampoco lo lee mucha gente; aunque temas controvertidos vaya si he tocado (vacunas y crianza, por ejemplo)…
¿Qué me cuentan las estadísticas?
Esto es lo más divertido: los números del blog. 🙂 El servidor que utilizo, WordPress, ofrece unas estadísticas bastante exhaustivas que según pienso no tienen nada que envidiar a Google Analytics (con el cual no me entiendo, siendo sincera).En todo 2015, recibió unas 124.000 visitas de un total de ¡103 países! El top five de ellos son España (lógicamente), México (aún sigo sorprendida de los seguidores que tengo en este país, y sospecho que son más estudiantes de Medicina o Pediatría que padres), Estados Unidos, Argentina y Perú; y los cinco países donde menos me han leído -aunque sólo con que alguien lo haya hecho ya me hace alucinar- son Malaui, Angola, Jordania, Tayikistán (lo he tenido que buscar en Wikipedia) y Belice. El día de la semana que, de media, recibe más visitas es el miércoles a la hora de cenar, y los enanitos trabajadores en las estadísticas de WordPress me sugieren amablemente que publique ese día, para tener «más tráfico».
En cuanto a las entradas, la más leída del año con unas 40.000 visitas fue Consejos que me hubiera gustado recibir de R1. Como he contado ya, este post se hizo viral (pero viral de verdad, con visitas aumentando de 10 en 10 en segundos) durante un bucólico fin de semana sin niñas en un paraje sin cobertura y poca wifi. 🙂 Aún no sé en qué radica el mayor o menor éxito de un post, pero lo cierto es que ése lo escribí en poco tiempo, sin necesidad de documentarme y aprovechándome de mis amigas colegas a las que pedí dieran un consejo cada una. Va a ser verdad que lo del trabajo multidisciplinar (neurofisióloga, radióloga, psiquiatra y pediatra) es el que mejor funciona, porque este post sigue leyéndose cada día… La segunda entrada que más visitas atesora es la relativa a la vacuna Bexsero, y la tercera, la de la noticia de que habíamos vencido a los piojos. 🙂 Cabe mencionar que a los pediatras en concreto les gustó mucho ésta (y no me extraña). 🙂 ¿Y las entradas menos leídas? Pues han sido Pasto de los virus y Las nenas estudian música (lo que no me sorprende, a mi pesar).¿Y quién sigue el blog? Wordpress interpreta como «seguidor» aquél que ha solicitado que mis posts le lleguen por email nada más publicarse. Son unos 60, de los cuales conozco sólo a 10. Algo que me tiene muy contenta es que, hasta donde yo sé, nadie se «quitado» hasta ahora; o sea, que los que se hicieron followers, followers siguen. 🙂
¿Y qué términos de búsqueda han llevado hasta el blog? el día que descubrí esta herramienta lo pasé tan bien que escribí un post entero acerca de ello. 🙂 Los más sorprendentes en mi opinión han sido: «hice un berrinche por los supositorios y ahora todo me lo dan así (¿lo habrá escrito un niño desesperado buscando respuestas a tal castigo?)«, «Bella fue aguda (mejor ser crónicamente bella, pero algo es algo)«, «opiniones de los padres sobre las enfermeras de la UCI pediátrica (¿y sobre los enfermeros no?)«, «puñeteros virus (¡sincero y espontáneo!)«, «concecuensias de jugar chiliguili (si es lo que pienso, son las mismas que me dan a mí de comer)», y el célebre «retoño en los pastos produce fiebrón«. Auguro futuros momentos de hilarante regocijo…Y, cómo no: la redes sociales.
Pienso sinceramente que hoy en día todos tenemos algo de blogueros, porque quien más, quien menos, publica o postea en Facebook, Instagram o Twitter, ¿verdad? Ya conté alguna vez que mi intención nunca ha sido tener muchas visitas -y mucho menos mi expectativa-, y por lo mismo, tardé en hacer algo que todo blogger suele hacer pronto: crear un perfil en las redes sociales. Pero al final, acabé haciéndolo. Los promocioné poco, porque me daba vergüenza… aún me acuerdo del día que «invité» a mis amigos de Facebook a darle «me gusta» a la página del blog; me pasé esos diez minutos pensando: «¿Se molestará? ¿Le parecerá mal?» 🙂 Y es que una cosa que tengo clara a estas alturas de mi experiencia blogueril es la siguiente: no quiero ser pesada. 🙂 Por lo mismo, no hice promoción del blog al principio de los Premios Bitácoras y así y todo fuisteis tan majos que me encontré votada y clasificada (y entonces, sí que os pedí ayuda, ¡que una no es de piedra!) 🙂 GRACIAS (por cierto, quedé la 50 de 100 en mi categoría).
Y, para terminar, lo que he aprendido escribiendo aquí:
Que las madres, y los padres también aunque algo menos, utilizáis muchísimo internet para despejar dudas pediátricas.
Que, por eso mismo, hay que ser prudente al escribir un blog que tenga que ver con la pediatría.
Que, por otro lado, es lo mismo que sucede al escribir sobre cualquier otra disciplina científica.
Que -y perdonadme, no pretendo tirarme flores- hay que ser en cierto modo valiente para escribir de forma totalmente pública.
Que todo lo que uno hace es susceptible de ser criticado.
Que hay que aprender de las críticas para mejorar.
Que un blog da trabajo; placentero, pero trabajo… y ocupa un tiempo.
Que, administrándome, me daría tiempo a hacer muchas más cosas aún.
Que me apasiona mi trabajo, los niños y todo lo que tenga que ver con crianza.
… Y que me gusta mucho escribir; me encanta.
Pues yo te encontré buscando películas de los años ochenta recomendadas para niños!!!!! Y aterrice en uno de tus posts y me quedé!:)
Jajajaja qué risa, ese fue un post friki-friki… Comparando cada peli con un alimento, se me fue mucho la olla aquel día. Pero mira, me alegro!! Un beso Ana y gracias!
Yo te encontré por la mención de alguno de los pediatras que sigo en twitter. Saludos y por aquí seguimos 😉
Gracias por contármelo, Claudia! La verdad es que me encanta saber por qué vías habéis llegado todos al blog. 😉 un beso!