No sé en qué se me ha pasado el tiempo, no lo sé;
Si entre mis guardias, los viajes de su padre y clases extraescolares; planificaciones de cenas y compras de uniformes; suturas de brechas y cambios de talla vertiginosos, o probablemente un poco de todo; pero el caso es que… estas dos han crecido. Las nenas han crecido mucho. Así que, para los que tenéis niños pequeños y estáis agotados (como digo yo, en la edad oscura, y un poco al hilo de lo que publicaba La Mamá Pediatra en este post), os cuento que:
… Llegará el día en que las salidas con la familia y/o amigos dejen de ser algo «trabajoso»: Es así. 🙂 Cuando te quieras dar cuenta, tus hijos ya no reclamarán insistentemente tu atención haciéndote imposible mantener cualquier conversación con cualquier adulto que tengas al lado, que además suele no tener hijos aún. Y lo mejor: en cafeterías y restaurantes irán al baño solos y se fijarán en si la taza está limpia. Y si no lo está, la limpiarán por iniciativa propia. 🙂
…Llegará el día en que dejen de comer «poco» y empiecen a comer créeme que MUCHO. Preadolescencia rules!! De hecho a menudo devorarán todo lo que se les ponga por delante sin ningún tipo de miramiento (imagínese la escena: quedada con amigos y «Qué raro, ¿no nos han puesto tapas?» Sí, pero las termitas de mis hijas han acabado con ellas en nanosegundos) 🙂
… Llegará el día en que no tengas que pelearte para que se pongan la ropa que tú consideras adecuada (que no es calzarse unas sandalias en diciembre o un jersey de cuello alto en agosto), y elegirán bien. Y por cierto: verás qué gustazo cuando empiecen a prepararse ellos solitos la ropa del día siguiente (teniendo en cuenta si tienen gimnasia o baloncesto o baile). Eso sí que es un hito del desarrollo pediátrico, pardiez. 🙂
…Llegará el día en que no te necesiten en absoluto para entretenerse. Los días de «mamá, me abuuuuuurro…» terminarán, y se encerrarán en su habitación a hacer vete tú a saber qué, o verán la tele zapeando febrilmente, o buscarán vídeos en YouTube y canciones en Spotify. 🙂 Quién me lo iba a decir en esos salientes de guardia de UVI cuando era residente de pediatría (tenían 2 y 3 añitos) en los que mi cerebro sólo servía para mantener la respiración espontánea y poco más. 🙂
…Ahora que estamos en verano: llegará el día en que puedas bajar la guardia habiendo piscina o mar de por medio. Es uno de esos lujos que la maternidad concede. Pocos placeres son comparables al que te inunda cuando un buen día llegas a playa con tu tropa y sólo tienes que preocuparte de que no se vayan a quemar. 🙂
…Y también llegará -cómo no- el día en que te superen. En lo que sea, da igual que sea algo importante o no, pero en un momento determinado harán algo mejor que tú (por ejemplo, pronunciar otro idioma). Incluso harán algo que tú no has hecho nunca (por ejemplo, tocar el chelo). Ten cuidado: lo pueden usar como arma arrojadiza. :-))))
…Llegará el día en que te los puedas llevar en tren, a la compra, al cine, en el metro, a la farmacia, a la peluquería,… a donde sea, sin sufrir ningún tipo de estrés. 🙂 ¡Me parecía impensable hace pocos años!
…Llegará, por cierto, el día en que sea bastante extraordinario que tengan fiebre. O que se pongan malos, en definitiva. Pero claro, esto tiene su lado «malo»… incluso siendo pediatra, a día de hoy si se ponen en 39ºC sin foco, me mosqueo muy mucho. 🙂
…Importante, o al menos relevante: llegará el día en que te ayuden. Sea llevando una bolsa de la compra, sea recordándote la cita en el dentista, o sea abrazándote cuando estás triste. Es impagable y muy valiosa, esa ayuda. Yo, medio en broma medio en serio, cuando alguien (en el trabajo por ejemplo) me insinúa si mis hijas me dan mucho trabajo, respondo que ahora ya no; que ahora, con 9 y 10 años ya trabajan para mí. 🙂 Y es verdad: menudas pinches de cocina que tengo, por ejemplo. 🙂
… Y, tachán-tachán, lo que todos los padres de niños pequeños piensan… llegará el día en que DUERMAN. De hecho, te puede pasar que empiecen a dormir demasiado, y las pases canutas para que se levanten para ir al colegio. La versión seguir durmiendo poco, que la tengo en casa con Miss Berrinche, también existe. Pero no pasa nada, porque ella sola se pone el desayuno (gourmet, de hecho) y santas pascuas. Cualquier día le digo que, ya si eso, nos lo ponga a nosotros y nos lo traiga a la cama. 🙂
... Y, algo que me dio mucho que pensar: llegará el día en que no lloren en toda la mañana, ni en toda la tarde, ni en toda la noche. Quiero decir que, en el momento en que una tiene hijos, se acostumbra a temer su llanto; al principio muy frecuente y por cosas muy básicas y progresivamente menos frecuente y por razones más «complejas», pero llanto diario durante muchos años. Y de repente un buen día no eres capaz de recordar la última vez que lloraron. 🙂
Y mención especial merece el día en que, sin consultarte, se descargan el Pokémon Go y el Hangouts y te funden los datos el día 25 del mes, pero estas lindezas ya las contaré en otro post… 🙂
Hasta la próxima (que me pillará en modo vacacional)!!
GRACIAS!!! De verdad!
Jorge V. Sotoca Fernández
Jajajajajaja
Fantástico! No puedo estar más de acuerdo!:) un abrazo
Muy bueno, todavía no he llegado a esos días…
Llegarás. Te lo prometo! Y ahora si me lo permites voy a cotillear tu blog) 😉
Claro! me encanta el tuyo, lo acabo de descubrir…