Menuda la ha liado FACUA ayer.
Aquí tenéis la noticia. No se hablaba de otra cosa en twitter. Incluso se comentaba en los típicos corrillos whatsapp de padres y madres, tal y como pude comprobar ante la decimoquinta madre que me preguntó al respecto:
¿Que el Dalsy tiene efectos secundarios sobre la atención de los niños por el colorante E-110?
¿Y que, encima, el prospecto ocultaba esta información?
¿Te puedes creer que ya hay piojos en el colegio? (vale: esto no tiene que ver, pero realmente está preocupando ya a muchos progenitores) 🙂
Cuando una ya tiene una edad (cronológica y médica) se pone en guardia automáticamente ante estas corrientes súbitas de alarmas injustificadas que, afortunadamente, suelen durar ná y menos. Y no les hago mucho caso, incluso antes de profundizar en el tema. Pero es que, ay amigo, esta vez el tema tocaba nada más y nada menos que al Dalsy, médicamento pediátrico por excelencia junto al Apiretal.
Y por eso recibí con satisfacción la reacción casi inmediata de otros blogueros absolutamente fiables desde el punto de vista científico, que en nada de tiempo (eso es alma periodística de la buena) se documentaron, se lo curraron, redactaron y publicaron. Todos con las mismas conclusiones poco más o menos:
Así que mi conclusión es esta:
Si hablamos de excipientes, aditivos, colorantes y otras sustancias que entran por la boca de nuestros hijos, os aseguro que antes que el Dalsy deberían preocuparnos mucho más otras cosas; por ejemplo, la cantidad de azúcar que toman a diario, «explícita» o «escondida» en otros alimentos. Pero ésa es otra historia…
Y, cambiando de tema: el blog ha cumplido ya DOS AÑOS.
Quiero desde este rinconcito agradecer a todos los que estáis y sois, a los que me habéis animado y a los que me habéis criticado constructivamente, :-), a los que me habéis parado por el hospital para decirme que os ha gustado algo que he escrito, a los que me habéis escrito al correo del blog, y a los que me habéis dado ideas para escribir. A los compis blogueros que siempre me habéis dado un respaldo que para mí no tiene precio, y por supuesto, a los que habéis compartido mis contenidos en Facebook y Twitter.
Porque aunque esta es una parcelita pequeña de mi vida, para mí es importante. Gracias por seguir ahí.
Y hale, que me voy a pelar patatas para la cena de Miss Trotona y Miss Berrinche (y darle a esta última una dosis de Dalsy, que tiene dolor de garganta). 🙂