¡Feliz día de los abuelos!

Una cosa tengo muy clara: qué importantes son los abuelos en la vida de los niños. 🙂

Durante mi infancia, tuve cinco abuelos: dos abuelos, dos abuelas y una bisabuela. Pero mi abuelo materno murió el día antes de cumplir yo 6 años, y mis abuelos paternos vivían a 170 km (que en aquellas carreteras de los años 80 significaban 4 horas de viaje a 3 vomitonas a la ida y otras 3 a la vuelta así que íbamos menos de lo que nos hubiera gustado). Por tanto, con las que más ejercí de nieta fue con mi abuela materna y su madre, mi bisabuela, que vivió hasta los 95 años (cuando yo ya incluso tenía novio). 🙂 Y guardo buenísimos recuerdos de los ratos pasados con ellas, de su forma de mimarme, también de la de regañarme, y sobre todo, de las historias que me contaban, ¡eso era sin duda lo mejor! las recuerdo punto por punto. Hoy día, viven mis dos abuelas, la paterna (que tiene noventa y muchos) y la materna (que tiene casi noventa). Ambas están que da gusto verlas y oírlas, y con esto lo digo todo. 🙂

Pues bien, mis niñas han tenido la enorme suerte de disfrutar mucho de sus cuatro abuelos, y además conocer a tres bisabuelas; y no me cabe duda del montón de cosas buenas que esto les ha traído. 🙂

A su AbuSegoviano lo adoran; les transmite tranquilidad y solidez. Cuando Miss Trotona tenía pocos días de vida, se quedaba calladita y muy atenta cuando oía la voz de su abuelo; eso me hacía mucha gracia y creo que ya entonces se sentía segura si él estaba cerca. 🙂 Además, saben que nadie aguanta tanto rato el Disney Channel a su lado en el sofá, «viendo la tele con los ojos cerrados», ¡y eso tiene mucho mérito! 🙂 Hace no mucho, me dijeron: «Mami, ¿Sabes que AbuSegoviano nunca nunca nunca se ha enfadado con nosotras?» 🙂

Su AbuSegoviana ha hecho de segunda madre muchos veranos, y también de segunda maestra como no podría ser de otra forma dada su profesión. Con paciencia infinita ha repasado restas, lecturas y ortografía, ahorrándonoslo a los padres de las criaturas, de tal manera que sin esforzarnos lo más mínimo han tenido «profe particular» un verano tras otro. Las nenas lo tienen tan asumido que cuando meten la pata en alguna «h», «g» o «j», dicen: «Uuuuuuuy, ya verás como lo vea la AbuSegoviana«… Y muchas cosas más. Lo dicho: segunda madre. 🙂 Y las nenas, además (y esto es el punto gracioso) le han asignado una canción (Blurred Lines de Robin Thicke), 🙂 «Por el gritito, mamá, por el gritito«. 🙂

Su AbuAsturiano es fuente de aventuras y entretenimiento por excelencia. También sería buen profesor; pero no le dejan, porque no les interesa. Prefieren que el tiempo que pasan con él sea para ir por ahí a descubrir cosas. ¡dónde va a parar! Y… qué decir del afán epistolar que se despertó en las dos hace unos meses, cuando decidieron escribirle a su AbuAstur un poema y mandárselo por correo. Lo que ellas no esperaban era la respuesta de su abuelo, que se vio en el brete de componer una poesía para cada nieta. Lance del que salió más que airoso: poemas que ellas han enmarcado y colgado ante sus mesas de estudio. 🙂 «Mami, el AbuAstur escribe muy bien, él sí que tendría que escribir un blog…«. 🙂

AbuAstur contando cuentos.

AbuAstur contando cuentos.

Y cómo no. Su AbuAsturiana, su abuela Esther. Aunque nos dejó injusta y prematuramente cuando sus nietas sólo tenían 3, 7 y 9 años, cada día se acuerdan de ella. A veces lo verbalizan mucho, otras veces no -los primeros meses evitaban hacerlo temiendo mi reacción, ahora ya les sale de forma natural- pero debes saber que sigues ahí, mamá. Tú eras la que por excelencia las mimabas, aunque los otros tres abuelos también lo hacen, ¡por supuesto! (y normalmente en contra de mi voluntad, claro) pero lo tuyo era tremendo: colacadín por aquí y por allá, propina para comprar chuches día sí y día también, caprichos a tutiplén y sobre todo ese torrente de expresiones tan tuyas dirigidas a ellas, a tus nietas, repletas de diminutivos, achuchones, abrazos, rosquillinas, promesas y secretos… Dejo de escribir porque me cabreo, y me pongo triste. Me dijeron muchas veces: «Mami, no me gusta hablar por teléfono con nadie, pero cuando me llama la abuela Esther sí me apetece hablar con ella mucho«.

Mi madre, guapérrima.

Mi madre, guapérrima.

Acabo como empiezo: ¡Feliz día de los abuelos!

 

 

Hoy le toca a Miss Trotona y su curso 2015-2016.

¿Te pensabas, hija mayor, que sólo iba a escribir acerca del curso de tu hermana pequeña? ya sabes que intento siempre ser equitativa, así que hoy te toca a ti. 🙂 Y también tiene cursivas y negritas que esconden un pequeñito misterio, aunque esto hoy ya sea «repe».

Querida Miss Trotona: 

Si en algo no ha habido sorpresas este curso es en que has seguido desarrollando tu apabullante Creatividad, de la que he hablado ya muchas veces aquí. 🙂 Has hecho tarjetas, has construido casas de muñecas con cajas de zapatos (ojo, con todo tipo de commodities), has descubierto los trampantojos y hecho tus pinitos en ellos; te explicamos (gracias a C y L, our dear friends from Aurora-Chicago) lo que eran los palíndromos y tardaste menos de diez minutos en crear el tuyo (a la sazón, «liga ese ágil»); llenaste de pegatinas y adornos imposibles, pero finalmente resultones, tu habitáculo (hasta tu taquilla de clase era la única adornada) y en vuestro último concierto decidiste hacer contraportadas de colores a todas y cada de las partituras. Lo tuyo es que es increíble, chica, la verdad es que me dejas patidifusa. 🙂

Dale unos palillos y cualquier espera en un restaurante se verá amenizada. :-) Además, Bob Esponja es, lo creo sinceramente, su álter ego.

Dale unos palillos y cualquier espera en un restaurante se verá amenizada. 🙂 Además, Bob Esponja es, lo creo sinceramente, su álter ego.

Y, al igual que tu hermana me enseñó mucho de su carácter a lo largo del pasado año, tú también. Me has parecido auténtica y absolutamente Admirable a lo largo de todo el curso por cómo has llevado algo tan importante a tu edad como es la Amistad. A tu edad, las niñas tendéis a buscar la «mejor amiga» con la que hacer esa alianza que para vosotras es inquebrantable… 🙂 Pues, coincidencias de la vida y manda narices, tú te has quedado dos años consecutivos sin mejor amiga: un año una y al siguiente la otra, se cambiaron de colegio. Cachis. Sufrí anticipadamente por ti; pensé que lo pasarías mal. ¡Pero no! Has sabido exprimir lo mejor de esta situación: ¿cómo? descubriendo a todas las demás niñas y estableciendo una relación más estrecha con varias de ellas. Sigues, no obstante, sin tener mejor amiga oficial en tu clase (estaban todas «cogidas»), pero no te ha importado demasiado porque has seguido siendo fiel a tu amiga de siempre (que vive en Dublín). Y te lo confieso: me sacaste una lagrimilla hace unos días, cuando os fuisteis al campamento del colegio. Al no tener pareja oficial no sabías con quién te sentarías en el autobús durante 500 kilómetros. Minutos antes de subirte, viniste hacia mí dando saltitos, para contarme que ya tenías compañera: una niña de clase de tu hermana que «tampoco tenía mejor amiga». Te brillaban los ojos porque querías transmitirme lo brillante de tu idea, ya que salíais ganando las dos. Y los ojos brillantes acabaron siendo los míos. 🙂 Neeeeeeena, no pasa nada, tú tranquiiiiila, cariño.

Estás a menos de un mes de cumplir 11 añazos, pero sigues igual de juguetona. Más bien: Retozona. A todo le buscas el juego, la diversión, la alegría de vivir, la FELICIDAD. Y además, la contagias. ¡Tú no caminas, tú trotas de alegría! Por eso creo que haces amigos tan fácilmente. Esa Risa tuya, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, mientras sueltas una carcajada cristalina (la de tu hermana es, en cambio, una carcajada propia de taberna). 🙂 Pero no creas, cuando leas esto de mayor, que estabas todo el día de jolgorio, no, qué va. Si hay que centrarse, se centra una, y tú lo haces; aunque en tu caso tiene más mérito que en otros niños, porque el revoloteo de una mariposa azul y amarilla (por decir algo) puede conseguir que fijes toda tu atención en celebrar sus colores… desviándola de las capitales europeas o la armadura de Si bemol mayor. Y yo te entiendo, qué narices. Y por eso estoy orgullosa de tus buenas notas en un quinto de primaria que ya tiene su dificultad, aunque entre tú y yo… reconoce que no te has dejado la piel ni mucho menos este curso, ¿eeeeeeeeh? 🙂 Di que sí, nena, que hay que esparcir.

Y mal que me pese… no te gustan mucho los Mimos. De hecho nunca te han gustado; tenías 1 mes de edad cuando dejaste claro que dormías más seguido y más tranquila solita en tu cuna, con tu espacio. Ahí ya me enseñaste que cada niño es como es. 🙂 Y tú, como decían en Dirty Dancing (que pronto la cataréis tu hermana y tú), abogas por «este es tu espacio y este es el mío». Ya veremos qué pasa con tu primer novio 🙂 (aunque ya sé que eso no me lo vas a contar, ni quiero). 🙂 Oye, cada uno es como es, y punto pelota, chica.

Si bien tu hermana es una disfrutona telespectadora (podría ver 5 horas de tele seguidas sin perder la concentración) y una atenta lectora, tú eres sobre todo una Espectadora de tu propia mente. Sabes que los momentos más divertidos los has encontrado buscando en tu cabeza, cuando te aburres y ¡zas! se te ocurre el juego. Juego -o idea o manualidad- que arrastra a tu hermana y a menudo a tus padres. De nuevo, te admiro tanto, tantísimo por ello que no podría plasmarlo en palabras. Ella, se mete en su mundo y tan feliz, qué cosa, oye, es increíble...

Eres Noble. Lo tenía que decir. Noble, fiel y leal; a tus amigos, a tu familia y sobre todo y esto es lo más importante, a ti misma. Te quieres, te conoces pese a tus 10 años, y en los pocos retos que hoy por hoy te ha puesto tu corta vida has sabido respetarte a ti misma. No lo voy a especificar aquí, no es el lugar, pero ya te lo explicaré cuando seas mayor. Bravo, mi niña.

Es así: Miss Trotona trota incluso llevando un chelo a la espalda. Nótese la tremenda preocupación al ir a examinarse. :-)

Es así: Miss Trotona trota incluso llevando un chelo a la espalda. Nótese la tremenda preocupación al ir a examinarse. 🙂

Pero, mi vida, si algo tengo que destacar en este curso tuyo (y perdóname, sé que no te gusta hablar de esto delante de los demás porque eres modesta) es, ya sabes qué te voy a decir: has aprobado el «terrible y terrorífico» pase de grado en el conservatorio.

Prubitina: ella no dice ni Pamplona… Tú, reconócelo, siempre supiste que lo conseguirías, ¿verdad? 🙂 Comienzas el grado medio (ahora lo llaman «profesional») de violonchelo siendo la aspirante más pequeña de todas. Tú no presumas, claro que no, mi amor, no lo hagas; deja que lo haga yo, que soy tu madre, y que reconozco tu esfuerzo y sobre todo tu valentía. Ese es un rasgo muy, muy tuyo: te haces torera cuando el toro es grande. Y yo, como tantas veces en este periplo de mi maternidad que ya alcanza casi 11 años, me quedo boquiabierta. Porque según me han contado, te viniste arriba del todo ante el tribunal, y no te importó ser la más pequeña, ni las dudas que siempre habían planeado sobre si presentarte o no. No te importó lo más mínimo y leíste, cantaste y tocaste con un morro de aquí a Pekín. 🙂

Lo dicho. Disfrutad del verano, Miss Trotona y Miss Berrinche, como vosotras sabéis:

Con ruedas de bicis, patines y monopatines; con agua salada de mar asturiano y dulce de río segoviano; con primitas bebés cuyas lorzas apetece mordisquear, y primitas algo más mayores que quieren vuestro juego :-); con historias contadas por abuelos, aventuras contadas por tías, y secretos contados por amigas; pero, sobre todo, disfrutad de vuestra niñez, qué caray. 🙂

PD: Poco tengo más que decir, excepto que casi todos desvelaron ayer el «cutremisterio»: en negrita, las iniciales de vuestros nombres. En cursiva… ay, en cursiva, esas frases, dichos, expresiones y giros tan propios de vuestra abuela Esther, a la que echamos tanto de menos. Y que fue la impulsora de este blog y sólo por eso va a seguir estando muy presente en él.

Hasta el próximo post. 🙂

Curso 2015-2016 de Miss Berrinche.

Como hice el año pasado y en previsión de tu futura lectura de este blog, querida hija pequeña, te cuento mi visión de este último curso tuyo. Este post, como el siguiente, tiene truco: las cursivas tienen su significado y las negritas, también. A ver quién lo adivina. 🙂

Querida Miss Berrinche:

Aaaaaaamiga, a todo gochu le llega su San Martín -como se dice en Asturias- y a ti este curso te llegó: LOS DEBERES. Disfrutaste por hache o por be de varios cursos en los que no tuviste mucha tarea para casa; pero este año, 4º de primaria, te ha tocado. Y una vez más me he dado de bruces con esa realidad tan frecuente en el día a día de la maternidad: los hijos nos sorprenden y a menudo no son lo que presuponemos, y eso has hecho tú. Yo que siempre he dicho que eras un poco «chaqueta-de-un-guardia-style», por vagoneta, y resulta que te has arremangao. Nada más llegar a casa, antes siquiera de darme tiempo a soltar el bolso, veía la puerta de vuestra habitación cerrada porque te habías ido corriendo a encerrarte para hacer los deberes. Resolutiva y Resuelta, así eres tú. 🙂 Además de que tienes una capacidad de concentración tremenda. Tú te pones y te dices a ti misma: «10 divisiones en 10 minutos», y ea, satamente, 10 minutos y ni uno más. Te cunde el tiempo que da gusto… tanto como para que disfrutes de muuuuuchos ratos de sofá y iPad. 🙂

Este año también has descubierto lo bien que se lo pasa una practicando un deporte de equipo: en tu caso, el baloncesto. ¡Lo pasaste pipa! aunque a veces hemos tenido que pararte un poco los pies en esa emoción, que ya nos has demostrado frecuentemente que tú eres muy de Obcecarte y Obsesionarte. 🙂 Porque llegaba el sábado y tú tenías partido a las 12, pero a las 7:30 ya te estabas vistiendo tu equipación (número 20, azul) con la solemnidad de un torero. 🙂

 Y… Aaaay petite, ¡cómo me gusta lo Cariñosa que sigues siendo! que medio dormida por la noche, o medio despierta por la mañana, aún me tiendes los bracitos si me hueles alrededor. Nada te gusta más que los mimos. 🙂 Cada año temo que sea el último que aceptes mis besos… pero voy librando curso tras curso y empiezo a creer que incluso cuando ya tengas un novio que te achuche seguirás disfrutando mis abrazos y mis rosquillinas. 🙂

Captura de pantalla 2016-07-07 a la(s) 21.37.30Eso sí: cuando no estás para mimos, ni bromas, ni besos, es a la hora de tu Impepinable e Imprescindible desayuno. Para ti, no hay nada más sagrado en esta vida. De hecho, los fines de semana, aprovechas que todos dormimos más para levantarte sigilosamente a tu hora de siempre (7:30 – 8:00); y, con la libertad y autonomía que te da la soledad de la mañana temprana mientras todos dormimos, montarte un auténtico desayuno «Club del Gourmet» en el salón mientras pones alguna de tus series favoritas de adolescentes americanos en Yomvie. Banquete del que suelen quedar muchos rastros, aunque tú intentes no dejar pistas: esos grumos de Colacadín tomados a cucharadas… esas tostadinas con aceite de Lopera y sal… ¡cómo te relames! 🙂 Me levanto un ratito después, y veo tus bigotes marrones, y los lamparones de aceite en el mantel que cuidadosamente extiendes… y sólo puedo mirarte y pensar que me presta por la vida que te guste el desayuno tanto como a mí. 🙂

Y cómo no: tu música, tu chelo, tu coro, tu baile. Ha llegado un momento en que tienes tan asumido que llevas el ritmo en las venas y la melodía en las arterias, que este año ha sido un auténtico disfrute para ti. De hecho, este curso nos has regalado muchos golden hits, de los que subrayo algunos: tu TANGO al chelo en tu audición de junio, con un ritardando que tengo entendido fue de lo más sentío; tu clarísimo amor por el fado, sí, sí, lo he dicho bien, el fado portugués, que cantas con un sentimiento que pareces nacida en la misma Alfama; tus coreografías cuando creías que nadie te veía, pero yo lo hacía, bailando Hip Hop con Spotify a todo trapo. Qué gran acierto ha sido que este curso hayáis dado clases de Hip Hop «serio» :-), porque, ya sabes que todos lo pensamos… Oh my dog, you got the ryhtm, babe.

Te podría contar muchas más cosas de este año, pero créeme que están todas apuntadas en esos apuntes que lleva mami. 🙂 No he hablado de tu verdadera y espontánea pasión por el esquí, de tu descubrimiento de las redes sociales, de tu decisión de llevar el pelo larguísimo, de tus cada vez más numerosas pecas, de tu diente intruso, de tu prudencia exquisita, de tus exigencias justas, de lo que te gustan los bebés y niños pequeños, de tu deseo de tener una mascota; de tus peleas con papá por los playeros con ruedas, de que sigues olvidándote de tirar de la cadena y de que eres una gran lectora. Pero eres tan grande, aunque seas la más pequeña de casa, que no cabrías ni en cien posts como éste.

Feliz verano, Miss Berrinche. Mamá.

 

Lactancia materna.

Han pasado ya diez años desde que parí,

…y diez años por tanto desde mi primer y verdadero encontronazo con la lactancia materna. En otro post contaré mi experiencia lactante; el resumen es fracaso y sensación de autoculpabilidad y poco apoyo. No quiero yo ponerme dramática pero lo cierto es que me apena comprobar que diez años después muchas cosas han mejorado, pero no lo suficiente. Sigo percibiendo gran desconocimiento en este campo, tanto desde pediatría como desde ginecología. ¿Por qué? …Pues no lo sé.

Pero me joroba, qué queréis que os diga. Me fastidia porque:

  • Que una madre bien informada prefiera no amamantar a su hijo recién nacido por la razón que sea, es totalmente respetable y comprensible. Pero que no tiene leche NO es cierto en la inmensa mayoría de los casos.
  • Que una madre tenga el pezón grande, pequeño, plano, salido, hundido, morado o con pelos: todo es posible. 🙂 Pero que su pezón le hará imposible la lactancia, NO es cierto.
  • Que una madre reciente esté muy delgada, muy rellenita, sea alérgica al polen, reciba tratamiento con hormona tiroidea, tenga intolerancia a la lactosa o sea celíaca, es habitual. Lo que es extraordinariamente infrecuente es que su leche sea aguada, de poca calidad o mala.
  • Que a una madre NO le apetezcan la leche y otros lácteos (porque es alérgica o porque no le gustan, y punto) no es nada del otro mundo. Y esto no va a influir en su producción de leche. Los adultos de cualquier especie nos manejamos bien sin beber leche de otro animal.
  • Que una madre lactante se angustie pensando que su hijo puede reclamarla en cualquier momento y se agobie por la separación, es lo más normal y fisiológico del mundo (es lo que tiene la hipófisis, el hipotálamo, la amígdala cerebral y vete tú a saber cuántas cosas más…). Lo que no tiene nada de normal es que su entorno se empeñe en decir que está malacostumbrando al bebé por atenderlo tan rápido y siempre que quiere.
  • Que una madre necesite que le echen un cable (o 120) durante los primeros días (o sea apañar al hermano mayor, ocuparse de que despensa y lavadora estén al día, o despejar visitas) es justo y necesario. Lo que es injusto, innecesario y además falso es decir que los bebés tienen que mamar cada tres horas. Los bebés maman cuando les da la real gana. Pueden ser 3 veces entre las 6 y las 7 de la tarde, ninguna entre las 8 y las 11 de la noche, y trescientas entre las 6 y las 11 de la mañana. Es lo que tiene. Los caminos del neonato son inescrutables. 😉
  • Que la madre del niño necesite un rato al día para dibujar, oír música o ver el capítulo de su serie es totalmente esperable, y desde luego lo que todo su entorno le recomienda para su merecida desconexión y su entendida liberación: todos lo entienden. Pues los bebés también tienen un «hobby» o más bien auténtica necesidad: succionar aunque no tenga hambre. Y si es la teta de su madre, mejor. Porque así se tranquiliza y se siente a gusto. Y no, no la está usando de chupete, está empleando su forma lícita y natural de autoconsuelo.
  • Que una madre decida en qué momento destetar a su hijo por motivos laborales, personales, o del tipo que sea, es cosa de ella y debe respetarse (de esto hablaré en el post acerca de mi experiencia: porque yo desteté). Lo que no tiene que importarle a nadie es si decide seguir amamantando 15 meses, 25 o 36. Mamar a los 3 años ES fisiológica y evolutivamente normal.

    Y podría seguir y seguir y seguir con falsos mitos (destetar en mastitis, caries por mamar frecuentemente, falta de vínculo con el padre, carencias alimenticias y demás)… Pero todas las pataletas tienen un principio y un fin y la mía ya se está pasando. :-))))

¡Halaaaaa! ¡Mamando a los 15 meses!

Hala! Mamando a los 15 meses!

Post dedicado a esa mami que lloró en mi consulta por sentirse frustrada (nunca mais! le dije); y a mis «profesoras de lactancia»: todas mis amigas que dieron a luz después que yo; muy especialmente a Mamen, enfermera de neonatos de mi hospital; y cómo no… a mi hermana.

Y ¡oh casualidades!, un superbloguero pediátrico acaba de abordar este tema, pero en plan serio y bien, no como yo con rabieta. Aquí os lo enlazo si queréis profundizar.

PD: Ajá!!!! la que no iba a escribir de temas médicos! ejem ejem

 

Las canciones de Villamocos.

Hacía tiempo que tenía yo ganas de hablar de esto.  🙂 .

En Villamocos no se han escuchado sólo los Cantajuegos.

Y lo suelto así, sin anestesia. No: no quiero decir que las canciones infantiles no nos gusten. Simplemente que nunca han sido la música cardinal de esta familia cuando llegaron las niñas, lo cual he comprobado que sí ha sucedido en otras familias con niños pequeños. Pues, ea:  yo reconozco que deliberadamente no les he incentivado demasiado a mis retoñas la típica música «para niños» por dos motivos: uno, por mi salud mental (oír en bucle la canción de Para dormir a un elefante no está en mis planes desde mi rotación en la UVI pediátrica 😉 ) y dos, porque siempre he pensado que los niños son, musicalmente hablando, parecidos a los adultos. Es decir: que a los niños les gusta la buena música, igual que a sus padres, sea cual sea su origen, aunque no sea «infantil». Ah, y hay otra verdad incuestionable según mi experiencia: cuanto más oyen una copla, más les gusta. Comprobadísimo lo tengo. Así las cosas, os cuento nuestra experiencia villamoqueña, 😉 porque creo que podría ser aplicable a todos los niños del mundo mundial; y así pongo mi granito de arena para que unos esforzados padre/madre de familia puedan escuchar Queen, Joaquín Sabina, los Rolling, Mercedes Sosa, Kiss, Vivaldi o Facto de la Fé y las Flores Azules y no sólo la banda sonora de Frozen en bucle (la cual me gusta, vaya por delante, pero no 347 veces). 🙂

El habitáculo donde se escucha música en esta familia es por antonomasia el coche.

Qué le vamos a hacer, pero a diario tenemos poco tiempo (por la música precisamente… es decir, por el Conservatorio… espero que no se me enfade el Profedechelo… 🙂 ) , y como mucho ponemos música de fondo en la cocina al hacer la cena. Spotify, mi iPhone y como decía antes, el coche -estoy tentada de bautizarlo Moco-móvil pero no lo voy a hacer… 😉 – han sido y son las piezas fundamentales de la «instrucción musical» a la que hemos sometido a nuestra sufrida descendencia.

El modus operandi es el siguiente:

Canción que queremos escuchar nosotros, canción que se pone sin dudarlo y con decisión. En este delicado punto en que una determinada melodía es reproducida por vez primera ante la exigente audiencia infantil, hay que contar con que siempre o casi siempre (sobre todo en caso de niños menores de 7 años) del asiento de atrás va a surgir un «¡¡noooooooooooo, quítala, pon otra!!»,… pero es porque aún no conocen la canción y ya sabéis que siempre quieren escuchar las que ya conocen. Que no os ablanden. Hay que ser inflexible y no tener piedad -y sí paciencia- para convencer a la oposición de escuchar la canción de marras, con la firme promesa de que la tonada en sí está plena de molorOjo: para que esto funcione, estas primeras acometidas a su gusto musical deben llevarse a cabo vía melodías más o menos amables. Una canción tradicional japonesa compuesta en una poco intuitiva escala pentatónica, o cualquier tema de Pantera o Dio probablemente NO sean una buena opción. Mejor algo que sepamos les acabará gustando, sencillo y melodioso, y si es divertido, mejor. Se me ocurren muchos ejemplos, a saber: ABBA, Scissor Sisters, Elvis.

Canción llamando la atención del oyente. https://c2.staticflickr.com/4/3006/2429152388_f7c37298f2_b.jpg

Canción llamando la atención del oyente. La saqué del Flickr.

 

Y vamos al quid de la cuestión: una vez que han oído la canción entera hasta el final un par de veces, os aseguro que la tercera ya no será lo mismo. Protestarán inicialmente, pero una vez en el cuarto o quinto compás, cuando su infantil cerebro grabalotodo reconozca la tonada, seguramente se callarán y pondrán toda su atención en la música. Incluso puede que se les ericen un poco los vellos (os adjunto foto). 🙂

Tras esta primera buena experiencia, las siguientes serán coser y cantar. Mis queridas hijas tuvieron la feliz idea, hace ya unos 4 ó 5 años, de pedirme que les elaborara su propia lista de reproducción en Spotify. La llenaron inicialmente de lo que a mí me parecía auténtica morralla (por favor, no se me ofenda nadie): a saber, toditas las canciones del elenco de series infantojuveniles de Disney Channel. Esta lista me sirvió como instrumento de medida del nivel disfrutón de las nenas respecto a cada canción: un buen día, quizá fue escuchando Divina de Radio Futura o tal vez Just Breathe de Pearl Jam, una vocecita desde el asiento de atrás musitó: «Mami, añádenos esta canción a nuestra lista«. Desde entonces sé cuándo un tema concreto ha triunfado. Piden incluirlo en su lista y además se lo enseñan a sus amigos que vienen a casa (que deben de pensar que mis hijas son un poco frikies).

Otro matiz en cuanto a las canciones que les presentamos y les acaban enganchando: cuidadín con no entrar en bucle… un niño al que le gusta una canción, con Spotify en su mano, tiene más peligro que un barbero con hipo. Avisados estáis: que yo un día, conduciendo sola sin copiloto que les arrebatara el móvil a las del asiento de atrás, me tragué Blurred Lines de Robin Thicke unas 17 veces seguidas. 🙂 Sí, definitivamente éste es otro de mis consejos basados en la experiencia: prevenid los empachos de una canción, por vuestro bien y por el de vuestros infantes. Aunque suene radical, hemos tenido que prohibir a Miss Berrinche reproducir una sola vez más Bohemian Rhapsody hasta nuevo aviso… porque no es un tema susceptible de acabar siendo repudiado por sobredosis: no way.

En próximos posts acerca de esta temática iré visitando los distintos géneros musicales que han calado por estos lares.

Pero dejadme despedirme declarando que toda regla tiene su excepción…

Y PETIT POP es la excepción que sin ninguna duda confirma la regla de que la música para niños es aburrida para los padres.

Progenitores de niños pequeños, ¿no conocéis Petit Pop? Oh my dog, ¡ya estáis tardando! música de calidad apta para adultos y niños, y muy muy muy apetecible para estos últimos… y de la mano de gente que sabe lo que hace. ¡Ojalá sus discos hubieran salido cuando mis hijas eran más pequeñas! Peeeeeero nunca es tarde si la dicha es buena, y aquí os pongo uno de sus temas más adorados por mis preadolescentes hijas. ¡Me encanta Petit Pop!

 

Por qué por qué, de Petit Pop.

 

¡Hasta el siguiente post!

Perlas del lenguaje infantil – 4

¡¡¡ Sí!!! una de las secciones favoritas de los lectores del blog regresa tras haber recopilado nuevo material. Después de las tres entregas previas, ¡allá va la cuarta!

Miss Trotona:

  • Tenía ella unos tres años, era durante el verano. Estaba en casa de sus abuelos paternos, y se preparaban para salir a hacer la compra. Su abuela se fue a calzar y como debían de molestarle algo las sandalias, les echó unos pocos polvos de talco, ante la atónita mirada de Miss Trotona que, incrédula, le preguntó: «Hala, abu… ¿te gustan con azúcar?»
  • También allí en el pueblo de su padre (en este blog conocido como Villapiñotes) hay un hotel que se llama Fray Sebastián, o el Fray, que es como lo conocemos todos; allí hemos tomado muchos vermús. Llega un sábado típico allá en Segovia y la niña me suelta: «Mami, ¿hoy vamos a tomar una Fanta al Fridays?» 🙂 Lógico… diminutivo de Fridays, Fray… es lo que tiene la globalización 🙂
  • Esta es antigua, pero la recupero hoy. 🙂 Fue un fin de semana de «ciclogénesis explosiva» en Madrid. Total, que llegaban las nenas a casa con su padre, y Miss Trotona (tendría unos 4 añitos) se quedó absorta viendo cómo el viento había tumbado literalmente varios árboles de la calle donde vivimos. Se quedó quieta, miró a su padre y le soltó: «¡Uuuuuuuuy, papi, cuando vea mamá esto lo que se va a enfadar!«. 🙂 Me quedó clarito, cuando su padre me lo contó muerto de risa, que la niña me consideraba una policía del orden y la limpieza…
  • En la boda de nuestros amigos A&A el pasado septiembre (en la que Miss Trotona y Miss Berrinche disfrutaron como locas) había una urna, donde los invitados podíamos dejarles una nota a los novios en forma de buenos deseos para el futuro. Miss Trotona dejó, por supuesto, su deseo… escribió «Yo lo que deseo es que 5º de primaria sea más fácil que 4º«. Lo confesó un rato después, al no estar segura de que la urna fuera algo así como la lámpara de Aladino, como interpretó inicialmente.
  • Impaciente ante una historia que cuenta su padre sin alcanzar el final, de pronto le espeta: «Papá, por favor, ¡¡¡ve al loro!!!!»

Miss Berrinche:

  • El día que su profe les explicó la reproducción humana en el cole, ella me explicó toda emocionada en casa por la tarde: «Si, mami, verás: el óvulo se suelta y va paseando por la barriga, hasta que el papá pierde su cola«. Pues como los papás pierdan la cola cada vez que se suelta un óvulo… ¡mal vamos! 🙂
  • Hace no mucho, y tras haber descubierto las delicias de Youtube: «Mamá, ¿me pones vídeos de tu siglo?«. Joía niña…
  • Un día en el metro. Delante de nosotras tenemos sentada a una chica con un poco de estrabismo (o sea,… un poquito bizca). Miss Berrinche se me acerca, disimulando, y con expresión preocupada, me susurra al oído: «Mira, mami. Esa chica es un poco zurda… te has dado cuenta, ¿verdad?«.
  • En el súper, hace poco, embobada en el estante de las galletas: «Mami mami mami mami porfa porfa porfa porfa cómprame Chips RAJOY, que nunca nos las has comprado«… 
  • Un día cualquiera: «mamá, ¿Por qué cuando algo no te gusta dices mieeeeeeeeer-coles? Deberías decir luuuuuuuuuu-nes, ¿no?». Pues sí, tienes toooooooooda la razón. 🙂
  • Viendo una película los cuatro en casa, los protagonistas se besan y la escena termina entrando ellos en el dormitorio. La Petite observa: «Mami, ahora es cuando van a amortizarse, ¿no?» Y ante mi perplejidad, me explica: «Claro, mami, de AMOR, AMORtizarse… ¿no se dice así?» 🙂

Como estos posts siempre me decís que os hacen mucha gracia, he creado una pestaña para recopilarlos, como podéis ver en la página de inicio. Y: os animo a que me mandéis los «golpes» de lenguaje de vuestros retoños al correo del blog (unfonendoenvillamocos@gmail.com) y cuando recopile unos cuantos los reúno en otro post.

Pues ea, ¡Hasta la siguientre entrega!

Que los que mandan en España faciliten la conciliación.

Hoy, 20 de octubre, hablo sobre conciliación. Aviso: no voy a tener pelos en la lengua en este post. En mi opinión, es absolutamente urgente un cambio en España. Lo que está ocurriendo en el ámbito laboral y familiar me parece inaceptable, teniendo en cuenta los millones de niños y progenitores que sufren por la enorme dificultad que existe en nuestro país para conciliar (hasta la palabra me disgusta) familia y trabajo.

Pero, ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Muchos dirán que arranca en el mismo momento en que la mujer ha salido al mercado laboral, pero discrepo. El varón español lleva mucho tiempo trabajando hasta muy tarde. Cuando hace 5 años fui de viaje a Portugal, me sorprendió que el horario allí coincidiera con el «europeo». Porque, ilusa de mí, yo creía que lo de comer a las 3 de la tarde y cenar a las 10 de la noche era consecuencia del horario solar de España, que es el mismo que el de Portugal. Así que investigué, y me enteré de que en España las cosas no habían sido siempre así. Hasta hace 70 años, se comía a las 12-1 y se cenaba a las 7-8. Pero, en 1942, Franco decidió que España sincronizara sus relojes con Alemania, aunque estamos más al oeste (y eso Alicante, porque Galicia es mucho más occidental de hecho). Así que nuestra hora no va con el sol, pero… nuestra hipófisis y nuestro hipotálamo sí lo hacen, y por eso nos piden comer cuando el sol está más alto o dormir cuando es de noche. En fin. Spain is different, desde luego. Y no sólo es esta la diferencia con nuestros vecinos europeos: parar entre 2 y 3 horas para el almuerzo es algo typical spanish también. He leído que esta costumbre también es relativamente reciente (años 40-50, cuando por la crisis de la posguerra muchos trabajadores debían hacerlo a doble jornada; descansando algo más entre ambas, durante la comida).

Total: que vivimos en un país en el que los padres tienen un horario (que se extiende hasta la noche) y los niños otro. Donde, por eso mismo, muchos niños no están con sus padres por las tardes. Un país en el cual se duerme muy poco, porque cuando toda Europa está apagando la luz nosotros estamos encendiendo la tele. En definitiva, que no hay que profundizar demasiado para concluir que nuestro estilo de vida pasará factura a unos y otros. Pero, sobre todo, me temo que a los niños de esta generación. En las anteriores, las madres no solían trabajar fuera de casa, pero ahora la mayoría lo hacemos; básicamente porque así se nos ha exigido social y económicamente.

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Y, con todo esto, y teniendo en cuenta que somos el único país que va a contracorriente, ¿Por qué no un cambio? Evidentemente no tengo respuesta, pero sí me aventuro a rebatir los argumentos que he encontrado cada vez que he planteado esta pregunta a propios y extraños. E, insisto, como siempre en este blog: estas opiniones son mías y sólo mías. Quien esté en desacuerdo, estoy dispuesta al debate. Argumentos, por tanto, en contra del cambio:

  • No es momento de plantearse políticas de conciliación que reduzcan las horas de trabajo, porque atravesamos una importante crisis económica. No estoy de acuerdo. Ya ha sido comprobado en múltiples ámbitos empresariales que el trabajo basado en el alcance de objetivos y la flexibilidad de horario del empleado son medidas que aumentan la productividad. Además, no creo que los españoles seamos los únicos del mundo que lo estén haciendo bien.
  • El horario partido fomenta las comidas de trabajo, que favorecen alcanzar acuerdos y cerrar negocios fructíferos en un ambiente distendido. No estoy de acuerdo. Lo mismo se puede hacer desayunando, momento en el que además la mente está fresca y mucho más activa.
  • La ley de la oferta y la demanda hace imposible cerrar tu negocio a las 5 de la tarde cuando la competencia continúa trabajando hasta las 8. Lo siento, pero de nuevo no estoy de acuerdo, al menos en lo que a muchos sectores se refiere. Por la sencilla razón de que hace 25 años era necesario estar físicamente en la oficina para atender el teléfono (fijo). Hoy no es así, y se pueden hacer pedidos online y atender llamadas al móvil. Sé que esto no es aplicable a muchos trabajos que implican presencia, pero sí a gran número de ellos. Y, volvemos a lo mismo: el calentar la silla no debe ser la actitud esperada y premiada en el siglo XXI, digo yo… sino cumplir objetivos.
  • Lo que más necesitan los niños es tiempo de calidad, no cantidad de tiempo. Me parece un argumento muy consolador, no os digo que no… pero me chirría. Los niños (sobre todo los pequeños) necesitan estar con sus padres cuanto más mejor. Esto lo tengo claro.
  • La mujer ha luchado mucho por hacerse un hueco en el mundo laboral y no puede quedarse atrás. Esto me pone de los nervios: es que nadie debería «quedarse atrás», sea hombre o mujer, para desempeñar el trabajo para el que se ha formado en un horario que permita ejercer de progenitor. Si no es así, nuestro planteamiento social me parece que va francamente mal.

Y tengo más respuestas a otros tantos argumentos pero no quiero encenderme, que este blog no suele ser peleón. 🙂 Eso sí, quiero contar lo que veo día a día. Cerca del colegio de las niñas hay muchas cafeterías y restaurantes en los que por la mañana, tanto hombres y mujeres -prácticamente a partes iguales- que trabajan en las oficinas de la zona están desayunado o comprando sus cafés para llevar. Cuando recojo a las nenas a las 5 de la tarde y caminamos de vuelta a casa, esos mismos locales siguen llenos por las sobremesas de comidas de trabajo, a esas horas ya con los Gin Tonics… pero la proporción hombres/mujeres varía considerablemente. Más o menos, 6 a 1. No creo que haga falta que especifique. Y no os echéis encima de mí por lo que he dicho: es la verdad. Las que concilian -o lo intentan- son mayoritariamente las madres.

Y no puedo terminar el post sin manifestar mi agradecimiento al conjunto de Malasmadres que están peleando por hacer visible este problema, y han tenido la valiente y necesaria actitud de pasar de las palabras a los hechos lanzando una campaña en Change.org que -faltaría más- ya he firmado. Pero también a los padres (he dicho padres, no madres) que han entendido la importancia de estar presentes durante la crianza de sus hijos, y que cada vez son más. En mi entorno cercano tengo varios (hooooola, Ironman y Dr. Pyp!!!) 🙂 … pero creo que no son plenamente conscientes del paso gigante que están dando. Para que las políticas de conciliación calen, hace falta que los padres (no sólo madres) estén concienciados.

Ojalá a Miss Trotona y Miss Berrinche no les tenga que decir esa frase que tantas veces he dicho en los últimos años: «Si estoy con las nenas me siento culpable por no estar adelantando trabajo… pero si me siento al ordenador me siento culpable por no estar con las nenas».

Qué a gusto me he quedado escribiendo esto, ea. Si estás de acuerdo con lo importante que es para nuestra sociedad las políticas que mejoren la conciliación laboral, no estés callad@… porfa.

Lecturas que me han parecido interesantes:

http://www.publico.es/culturas/franco-desfaso-horario-espanol-sintonizar.html

http://alexrayon.es/2012/07/05/por-que-tenemos-vacaciones-en-verano-jornada-partida-y-nos-dormimos-muy-tarde-sobre-espana-y-su-productividad/

http://elpais.com/elpais/2015/07/27/opinion/1438022698_745229.html

http://politica.elpais.com/politica/2015/07/15/actualidad/1436962049_624216.html

¡Hasta el siguiente post!

 

 

Notición: hemos vencido a los piojos.

Nunca pensé que acabaría pronunciando la frase que da título a este post, pero SÍ. Por fin.

Llevo días, qué digo días, ¡semanas! pensando en escribir nuestra experiencia. Pero pensaba que cuanto más tiempo pasara, más consistencia tendrían mis conclusiones. Y ya ha pasado más de un mes.

Tiemblo de emoción (snif) al manifestar: creo que hemos visto la luz al final del túnel. 🙂 Después de 6 años: ahí es nada. Ése es el tiempo que llevan los piojos invadiendo Villamocos periódicamente, desde el mismo momento en que las nenas empezaron a ir al cole.

¡¡¡Victoria!!!

¡¡¡Victoria!!!

Cierto es que los «pipis» (qué nombre más cursi) han afectado a esta nuestra familia de forma desigual. ¡Vamos! y tanto: siempre he dicho que con que UN SOLO PIOJO habitara en Madrid norte acabaría residiendo en la cabeza de Miss Berrinche. Su hermana, su padre y yo somos meras estancias temporales, escalas, estaciones de paso. La receptora universal de piojos y liendres en Villamocos, es la Petite.

Tan es así, que en casa tenemos (¡no! ¡teníamos!) un protocolo DEF CON DOS que se activaba entre 2 y 6 veces al mes, principalmente para despiojar a la presunta infestada. Dicho protocolo -razonablemente efectivo- consistía en comprar una loción con permetrina al 1,5%, empapar cabezas, dejar actuar una hora, y lavar con champú «antipiojos»… para posteriormente, entre llantos y peleas embadurnar cabelleras con suavizante y pasar la liendrera miltropecientas veces. Y, como conté aquí, nuestro problema no era llevar a cabo repetidamente dicho proceso; NO. Nuestro problema ha sido, durante 6 años, evitar el nuevo contagio. Porque para desesperación mía, a los 3-7 días de la fumigación, irremediablemente volvía a encontrar liendres en las cabezas de mi descendencia.

Y hete aquí que a quien esto escribe le llegó una nueva esperanza, en forma de post: éste, en el cual Boticaria García presentaba el que podría ser, por fin, un repelente de piojos verdaderamente eficaz, según habían mostrado diferentes investigaciones. Y ni corta ni perezosa, servidora se plantó en las farmacias de su barrio día sí y día también desde el 20 de agosto… hasta que conseguí adquirir dicho producto.

Vaya por delante que este post no lo patrocina ni Rita. Yo no tengo patrocinadores, 🙂 aunque teniendo en cuenta que esta semana figuro como el blog número 61 de casi 3000 en la plataforma Madresfera (¡¡¡oh yeah!!!), vaya usted a saber si cualquier día de éstos me contactan. 😉 Por lo pronto, no es el caso, así que lo que aquí cuente es totalmente cine independiente.

Prosigo. Desde la vuelta al cole hasta que me hice con el producto, a los inefables piojos les dio tiempo a infestar Villamocos 2 ó 3 veces. Y un buen día de mediados de septiembre la gama Neositrín entró en Villamocos, y todo cambió. Me pongo dramática, lo sé, pero así ha sido.

El producto en cuestión. Insisto: nadie me patrocina. :-)

El producto en cuestión. Insisto: nadie me patrocina. 🙂

Consta de dos productos. El producto «piojicida» está compuesto por DIMETICONA, el cual –como explica aquí Pediatra de Urgencias– mata a los piojos y liendres «asfixiándolos». Pero como ya he contado, erradicarlos no era nuestro problema: sí lo era evitar el contagio. El segundo producto es Neositrín Protect, un spray a base de OCTANEDIOL, que ha demostrado científicamente (cosa que no ha hecho el aceite del árbol del té, por ejemplo) ser eficaz como repelente de piojos.

El día D, las despiojé como siempre. Pasé liendrera a diestro y siniestro y les dejé la cabeza como una patena. Y desde el día siguiente hasta hoy, cada mañana, las hemos estado rociando con el spray protector. Y, la verdad: mano de santo. Ni uno. Ni una liendre. Ni un rascado. Nada. Vamos, que aún no me lo creo.

Sé que muchos estaréis pensando que somos un ejemplo de «amimefuncionismo» más. Pero no: insisto en que la eficacia de este producto ha sido testada de manera controlada (comparada con placebo). Por otro lado, sólo pretendo mostrar nuestra experiencia, aunque no puedo evitar plasmar aquí mi sorpresa y también mi alegría… parece que por fin, los viernes noche no serán días de desPioje-Pizza-Peli sino de sólo las dos últimas «pes».

Estos son alguno de los artículos que he encontrado en relación con el octanediol:

Head lice. Burgess IF, Silverston P. BMJ Clin Evid. 2015 Jan 14;2015. pii: 1703. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25587918

Treatment of pediculosis capitis: a critical appraisal of the current literature. Am J Clin Dermatol. 2014 Oct. Feldmeier H. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25223568.

 Prevention of head louse infestation: a randomised, double-blind, cross-over study of a novel concept product, 1% 1,2-octanediol spray versus placebo. Burgess IF, Brunton ER, French R, Burgess NA.
BMJ Open. 2014 May 30;4(5):e004634. doi: 10.1136/bmjopen-2013-004634. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24879825

Y por una vez os pido a los lectores villamoquistas una cosa que nunca os pedido: dad a conocer este producto, como queráis hacerlo (compartiendo este post, por ejemplo). Creo que muchos progenitores desesperados os lo agradecerán. ¡Hasta la próxima!

Vacuna Bexsero: pues sí, yo también os hablo de ella.

Fiel a mi estilo un poco contracorriente en lo que a postear se refiere, no tenía pensado escribir sobre la nueva vacuna que ha saltado a la palestra, básicamente porque me parece que no hace falta: los referentes blogosféricos ya han escrito sobre ello, mucho y muy bien. Peeeeeero, no contaba yo con que me lo iban a pedir unos cuantos seguidores del blog… Y no está la cosa como para no complacer a los fieles lectores villamoquistas (que no son tantos, pero haberlos haylos, y cada vez son más para mi asombro).

Así que, no sólo fiel a mi estilo sino también a mi costumbre, me aprovecho del estupendo trabajo de otros y aquí os lo presento. Con la verdad por delante, como veis. 🙂

Antes de entender por qué los pediatras hemos recibido esta nueva vacuna con ilusión y alegría, hay que situarse en lo que supone la enfermedad que causa el germen implicado: la meningitis bacteriana. Nadie mejor para exponerlo que Pediatra de Urgencias, que a la sazón ha vivido en primera línea del campo de batalla durante las últimas tres décadas la lucha contra neumococos y meningococos de diverso pelaje, como os cuenta en su última entrada. El punto de partida -o background, que está muy de moda- es, por tanto: la meningitis bacteriana se te lleva al niño por delante en cuestión de horas. Así de simple. ¿Que no es una infección muy frecuente? No lo es, cierto. Pero a quien le toque, las probabilidades de que las cosas vayan mal son altas. Además, este tipo de meningococo, el B, es el que está detrás de la mayoría de las meningitis en España. Quiero decir con esto que estamos, por fin, ante el método de prevención de la temida meningitis más eficaz que ha habido hasta el momento. No es de extrañar que todos los pediatras (podéis leer a Amalia, a Lucía, a Guillermo, a María) nos sintamos de enhorabuena… Y ahora nos toca transmitir esta sensación a vosotros, los padres.

Expuesto lo anterior, uno piensa: «Bueno, pues entonces, ¿qué problema hay? A recomendar la vacunación y listo». Pero no ha sido así, porque en España estas decisiones no dependen de los médicos, entre otras cosas. Y la realidad es que esta vacuna ha atravesado también su via crucis particular que desembocó como otras veces en turismo sanitario (viajes a Portugal para adquirirla), confusión en el ciudadano de a pie, desinformación incluso entre los sanitarios y obviamente carnaza para los antivacunas. Todo el culebrón, masticadito y rigurosamente expuesto cronológicamente, os lo cuenta aquí la reportera más dicharachera en cuanto a vacunas se refiere: Boticaria García.

Parafraseándola: como bien está lo que bien acaba, finalmente tenemos la vacuna en España disponible en farmacias. Quien la quiera administrar a sus hijos, puede hacerlo, previo pago. ¿Y cómo se hace? ¿Es una vacuna aplicable a cualquier niño, de cualquier edad? Pues SÍ, pero como el sistema inmune tiene sus particularidades dependiendo de la edad de cada infante, hay que seguir unas pautas que aquí os muestro. Y en forma de tabla:

Y os cuento… Me acuerdo perfectamente de mi primer contacto con la meningitis.

Era residente de segundo o tercer año en mi especialidad anterior (Geriatría), y tenía guardia de Urgencias generales. Sobre las 6 de la madrugada unos padres irrumpieron en el filtro con una niña de 16 años, a la que llevaban en volandas. Estaba semiconsciente, tenía fiebre alta, sólo balbuceaba cuando le hacíamos preguntas y tenía esas inconfundibles manchas rojo vinoso en la piel. El adjunto de Urgencias, experimentado, practicó una punción lumbar en un abrir y cerrar de ojos: líquido cefalorraquídeo turbio. Vía central, antibióticos, expansión de volumen, UVI y… rezar si eres religioso. Nunca me olvidaré. La madre sólo sabía decir: «Ay, ay, ay… algo me dio mala espina cuando se fue a acostar a las diez de la noche, antes de lo habitual… por eso cuando me desperté a las cinco de la madrugada fui a verla y ya me la encontré así». Perdonadme el recurso dramático, pero no quito ni pongo una coma: así fue. Salió bien. No sé si habría salido bien de haber esperado su madre a que sonara el despertador a las 8 de la mañana, como cada día.

Como otras veces: Emma Cano.

Como otras veces: Emma Cano «Luz en Hipocratia».http://www.emmacano.com/portafolio/luz-en-hipocratia

Bien, yo también quiero aportar mi granito de arena. Mi propuesta, recomendación, idea, o como queráis llamarlo no es otra que: REGALA VACUNAS. Cuando un bebé llega al mundo, lo tradicional -y práctico- es juntarse varios amigos de la pareja para regalarle la silla del coche, el cambiador o la trona. Todo esto está muy bien, pero yo pienso: ¿Qué mejor obsequio para un bebé recién nacido que las vacunas que aún son de pago, por ejemplo la que da título a este post? Sinceramente, a mí me parece un regalazo: nada más ni nada menos que inmunidad. Sé que esto ya se está haciendo y que probablemente le falte poco para ponerse de moda, y deseo que así sea. Pero no podía dejar de manifestarlo aquí.

Dicho esto, creo que voy a empezar una nueva sección en el blog: recomendaciones para familias con hijos. 🙂 ¡Hasta la próxima entrada!

«Mi primera vez»: hitos del desarrollo.

Algo que casi todos los padres habréis comprobado al llevar a vuestro retoño al pediatra es que, sea cual sea el motivo de la consulta (asma, estreñimiento, cojera o lombrices), se os pregunta acerca del desarrollo psicomotor del niño. No lo hacemos exactamente así, sino que lanzamos preguntas tales como: «¿A qué edad se sostuvo sentado?» o bien, «¿cuándo empezó a hablar?». Nuestro objetivo es detectar cualquier problema para poder identificar pronto – porque el tiempo es oro- a aquéllos niños que no se estén desarrollando de forma adecuada. ¿Y qué es lo adecuado? Bien, para determinarlo se han elaborado diferentes escalas basándose en el análisis de cientos -miles- de niños; y contemplan diversas vertientes del desarrollo, que son, a grandes rasgos: capacidad motora, verbal y emocional/social. Pero claro está que cada niño tiene su propio patrón de progreso; no todos consiguen una determinada habilidad en un determinado momento.

Lo de los hitos del desarrollo viene a ser algo parecido al asunto de los percentiles (de los que os hablaba aquí) en varios aspectos:

Un hito como cualquier otro: primera tirolina, con colaboración fraterna.

Un hito como cualquier otro: primera tirolina, con colaboración fraterna.

Primero: las escalas que utilizamos para evaluar el adecuado desarrollo infantil están pensadas para pescar aquéllo que se sale de lo normal, pero debemos tener en cuenta que el que un niño no camine a los 17 meses no indica necesariamente que tenga algún problema. Exactamente igual que un nene en percentil 2 de talla no tiene por qué tener una alteración en el crecimiento. Digamos que estas escalas son vigilantes de seguridad muy celosos en sus funciones, a los que no se les escapa nada que sea mínimamente sospechoso… porque es verdad que, a veces, cuando el río suena, agua lleva. 

Segundo: que un niño camine y hable más tarde que su hermano, su primo o su vecino no quiere decir que las notas que vaya a sacar en 6º de primaria vayan a ser peores que las de los susodichos. Ni mucho menos. Lo mismo que un percentil 20 de peso no significa en absoluto que ese niño vaya a ser delgado toda su vida (de hecho, ojalá lo significase). Es como ese compañero de clase en el que no nos fijábamos a los 15 años pero nos lo encontramos a los 35 y… le miramos con otros ojillos. Como la vida misma: el tiempo pone a cada uno en su sitio. 🙂

Tercero: Al igual que un niño puede ir alto en percentil de talla y bajo de peso o viceversa, puede hablar como un loro a los 15 meses pero aún no caminar; o gatear a la velocidad de un F1 ya a los 7 meses y no decir ni pío hasta los 24. Hay de todo, como en botica.

Pediatra comparando los rasgos anatómicos de padres e hijo.

Pediatra comparando los rasgos anatómicos de padres e hijo.

Cuarto: herencia. Si comprobar que un niño «va bajito» no nos extrañará cuando sus padres no superan el metro sesenta, lo mismo ocurre con los hitos del desarrollo; y es frecuente oír a la abuela decir: «Es igual de vaguete que su padre, que no caminó hasta los 18 meses». Por cierto, los pediatras os miramos atentamente a los papás, a veces sin ningún tipo de disimulo, lo reconozco. 🙂 Pero es totalmente necesario. Ya se sabe: quien a los suyos se parece, honra merece.

Quinto: si los percentiles provocan «competiciones» verbales en el parque y en la puerta del colegio («mi niño se sale de las tablas», «pues el mío nunca ha llegado a entrar en ellas»…) ocasionando bastantes quebraderos de cabeza a los progenitores, el asunto de los hitos del desarrollo no se queda atrás. Culo veo, culo quiero. Y acerca de esto, proclamo: que levante la mano quien no se haya preocupado porque su hijo aún no camina, o aún no hace frases. Seas pediatra, maestro, fontanero o astronauta. Yo reconozco haberme agobiado porque Miss Trotona no dijo ni pío hasta los dos años largos… aunque también es verdad que en todos lados cuecen habas.

Sexto: para evaluar el desarrollo global de un niño no es suficiente con consultar las tablas de hitos del desarrollo y ya está: qué va. Pasa lo mismo que en la valoración de la curva de peso y talla, no basta con mirar el percentil y punto. Al pediatra le preocupará un niño que siempre ha ido en el percentil 70 de talla y en pocos meses se coloca en el 20, por muy normal que sea el percentil 20. Lo mismo sucede con el desarrollo: el que mejor puede discernir si éste no es el adecuado es el pediatra de cabecera del niño y por supuesto el neuropediatra. Aunque ya sabéis lo que pienso, porque lo he contado otras veces: doy mucha importancia a lo que me cuentan los padres, y si éstos dicen que les parece que el desarrollo del niño no es normal… me pongo en alerta. Para mí, en la mayoría de los casos, lo que me dicen los padres va a misa.

Observar cómo nuestro retoño va superando hito tras hito es de lo mejorcito que tiene ser padres, y antes de darnos cuenta estamos mandando por whatsapp –cada loco con su tema– a todos los abuelos y tíos el vídeo de la primera vez que dice pa-pá (que manda narices pero siempre lo dicen antes que ma-má). 🙂 Y también es divertidísimo, sobre todo en lo que al lenguaje se refiere (aquí y aquí encontraréis unas cuantas perlas lingüísticas reales como la vida misma).

Por otro lado, hay habilidades determinadas que, sin venir en ningún test o tabla, llenan de orgullo y satisfacción al infante protagonista. Tal es el caso de mi sobri Campanilla, que últimamente ha aprendido a chasquear los dedos y está todo el día haciéndolo, igual que cuando aprendió a silbar y nos puso a todos la cabeza como un bombo… 🙂

En fin, me callo ya, que ya se sabe que por la boca muere el pez… no sin antes descubrir el motivo de tanto dicho y refrán en este post: hoy quiero felicitar a mi amiga la Dra. Ingridbergman, que ya es doctora de verdad pasando además el trago de leer la tesis con un bombo de 38 semanas. De todas las personas que conozco, es la persona que más refranes por hora suelta. 🙂 Enhorabuena, doctorina, y esta es mi cita para tí: lo que sorprende, sorprende una vez, pero lo que es admirable lo es más cuanto más se admira. 

¡Hasta la próxima, amigos villamoquistas!